18/4/12

«Espérame siempre y una noche me oirás graznar.»

Ojalá no tuviéramos que crecer. La niñez es el tesoro más valioso y debería poder conservarse toda la vida. Pero por desgracia, cada vez se pierde antes. 


-De eso hace ya mucho, mi vida -dice Wendy-. ¡ Ay, cómo vuela el tiempo!


-¿Vuela -pregunta la astuta niña-, como tú volabas cuando eras pequeña?


-¡Como yo volaba! ¿Sabes, Jane? A veces me pregunto si realmente volaba.


-Sí, sí que volabas.


-¡Qué días aquellos cuando podía volar! 

-¿Por qué ya no puedes volar, mamá?


-Porque he crecido, mi amor. Cuando la gente crece se olvida de cómo se hace.


-¿Por qué se olvidan de cómo se hace?


-Porque ya no son alegres ni inocentes ni insensibles. Sólo los que son alegres, inocentes e insensibles pueden volar. -¿Qué es ser alegre, inocente e insensible? Ojalá yo fuera alegre, inocente e insensible.

(Y aquí, justo aquí, es cuando me pongo a llorar como una niña pequeña a la que se le ha escapado su globo.)